Hayas estado o no en París, seguramente te sonará la imagen del gato negro sobre el fondo amarillo con letras rojas.
Yo estuve en la capital gala hará poco más de un año y llegué a ver la estampa de este felino hasta en la sopa de cebolla francesa.
Esto se debe, en parte, a que este lindo gatito encierra leyendas algo turbulentas que pude escuchar a un guía malagueño, mientras paseaba por la calle más estrecha de París – la «Rue de Chat qui Pêche» – que en nuestro idioma se traduce así «Calle del Gato que Pesca».
Historias de gatos aparte, por ahora solo quiero contarte un relato que me cautivó especialmente porque tiene mucho que ver con saber cómo crear una página web para vender al más puro estilo parisino.
Por si acaso no lo sabes, la imagen del gato es un cartel publicitario que se hizo para un cabaret parisino de finales del siglo XIX llamado «Le Chat Noir».
Su dueño, Rodolphe Salis, era un artista que decidió ponerle el nombre de “Gato Negro” porque durante las obras de su primer local vio en la calle a un gato negro abandonado.
El nombre de este cabaret no tiene más misterio, ni gato encerrado.
La cuestión es que Rodolphe se hizo extraordinariamente popular por sus frases “agudas” con las que recibía muy alegremente a su clientela. Sí, les daba la bienvenida al cabaret con latigazos como:
« ¡Vaya! ¿Por fin has salido de la cárcel?» o « ¿Qué has hecho con la furcia de ayer?» dirigiéndose a un nuevo cliente acompañado claramente de su esposa.
Las malas lenguas francesas dicen que le perseguía la mala fama por haber expulsado a más de un cliente a puñetazos de su propio cabaret.
En fin.
Salis allí era el maestro de ceremonias y por lo visto se tomaba cierta licencia para enviar a la mierda a su clientela a golpe de palabras o de puñetazos.
Pero aún así, la gente adoraba su estilo y el cabaret siempre estaba a rebosar de artistas burgueses que eran recibidos en la puerta por un guardia suizo espléndidamente ataviado y cubierto de oro de los pies a la cabeza.
El suizo era el encargado de hacer entrar a pintores y poetas y de dejar fuera a los «infames» sacerdotes y militares.
Su filosofía para vender «Le Chat Noir» era algo así como: «Que hablen de mí, aunque sea mal, pero que hablen». En esta línea, mandó exponer sobre una alta chimenea de mármol el cráneo de Luis XIII de niño, introdujo la música poniendo un piano cuando estaba poco menos que prohibido y fundó un teatro de sombras.
Mira, lo cierto es que su carácter provocador no hizo ninguna mella en su negocio. Más bien todo lo contrario, porque logró convertirlo en el cabaret más famoso y transitado de todo París durante los pocos años que estuvo abierto al público.
Además, este negocio NO murió de éxito. Salis lo cerró para tomarse un descanso y durante ese tiempo falleció y por ese motivo ya nunca más pudo volver a abrir su garito.
Así que fin de «Le Chat Noir» o como dicen nuestros vecinos los franceses: «C’est la vie»
Cómo crear una web sin ser el Dios en un nicho de mercado
Muchos negocios piensan que la mejor forma de venderse en una web es mostrar su lado más perfecto, la excelencia de sus servicios o dejar bien clara su posición de superioridad frente a su competencia.
Me refiero a la tendencia imperante de querer venderse como el Dios de un nicho de mercado.
Y lo cierto es que todos estos argumentos de venta relacionados con la supremacía han perdido credibilidad para venderse en el entorno web y muchas empresas todavía no lo saben.
Porque la perfección NO existe y la divinidad, hasta que no se demuestre lo contrario, pues tampoco.
Porque muy pocos van a creer que tu negocio sea el mejor de todos cuando la gran mayoría dicen ser los líderes del mercado en sus respectivos sitios webs.
Y porque cuando lees que todos son los mejores en lo suyo, lo primero que piensas es que ahí hay gato encerrado.
Bien y ¿qué es lo que más vende en un sitio web?
Lo que más vende es un negocio con una personalidad excepcional, provocadora y elocuente que logre atraer a su público y hacer un clic en su mente.
Pues mira, como la personalidad que se forjó el dueño de le «Chat Noir» en la «belle époque». Con mucho ojo y sin perder de vista que su negocio empezó alquilando uno de los locales más baratos que pudo encontrar en todo París, donde servía vino malo a un grupo de artistas y escritores jóvenes.
Una imagen auténtica al más puro estilo parisino que marque la diferencia.
Lo cierto es que existen infinitos ángulos de venta para cualquier negocio. Solo hay que pensarlos bien, elegir uno con criterio, visualizarlo y saberlo proyectar en una web para acabar dibujando esa imagen auténtica que marque la diferencia en la cabeza de tu cliente.
En fin, que este cabaret tuvo un éxito rotundo.
Mires por donde lo mires, es indiscutible que su dueño supo elegir bien su ángulo de venta y hacerse una imagen atrayente en la cabeza de su clientela.
Es más, el negocio de Rodolphe Salis ha servido de inspiración a tropecientos mil establecimientos que todavía hoy llevan su nombre o parecido y que imitan claramente su particular estilo.
Todavía hoy, en muchas mentes repartidas por todo el mundo, «Le Chat Noir» sigue abierto al público dando sus mejores espectáculos nocturnos a golpe de teclas de piano, latigazos o puños.
¿Entonces?
Si andas buscando una web auténtica que venda tu negocio al más puro estilo parisino, cuéntanos sobre tu negocio sin compromiso.