Cualquier empresa o negocio tiene como objetivo conseguir más clientes por Internet, aunque la red huela a estafa, ¿no crees?
«Que levante la mano quién no conozca a alguien que haya sido estafado al intentar comprar online en alguna web supuestamente legal». 🙋♂️
Porque, desgraciadamente, la estafa online está cogiendo mucha fuerza y en tiempos de crisis está comprobado que se dispara por motivos de escasez.
Por eso, también, la creencia de que Internet huele a estafa o que está repleto de vendehúmos circula por todas partes.
Es más, este tipo de pensamientos dañan terriblemente la imagen del mundo online porque ponen en duda la legalidad de muchos negocios digitales.
Del mismo modo, cada vez más profesionales, como Álvaro Sánchez en un curso suyo, hablan abiertamente sobre la ética en los negocios online asociándola a la venta en sí misma.
Y lo menciono a él porque su discurso lo encontré alineado con nuestra filosofía y manera de conseguir clientes por Internet.
El caso es que Álvaro explicó que, tras muchos años viviendo de cantidad de modelos de negocios muy dispares que tiene esparcidos por Internet, ha comprobado por su enorme experiencia que:
«Ser honesto con el mercado y rodearse de empresas o clientes que también lo sean tiene premio».
En su opinión, ser honesto es garantía de éxito en la inmensa mayoría de los negocios online a largo plazo.
Y el comportamiento ético para él es tratar a los demás como te gustaría que te tratarán a ti.
En su caso y en el mío también, esta manera implica la ética y el respeto común.
Sus palabras me llevaron de vuelta a las aulas de la asignatura de ética empresarial que estudié en la Universidad 19 años atrás.
Casi nada.
Mi mente viajó en el tiempo a la feliz etapa académica de aprendizajes magistrales, bibliotecas, campañas publicitarias, cantinas, amores imposibles con erasmus y de legendarias fiestas universitarias.
De golpe, recordé el nombre completo del profesor que impartía esta asignatura (Domingo García Marzá). Y, también rescaté algunas de sus enseñanzas de mis estudios en Publicidad y RRPP, bien almacenados en mi memoria de largo plazo.
Verás, este profesor que tuve es una eminencia; catedrático de ética y doctor en filosofía. Y lo más importante de su trayectoria es toda su labor por divulgar que un mundo con más ética y menos injusticias es posible.
Y, 19 años atrás, sus palabras en las aulas resonaban a muchos alumnos por dentro y lo cierto es que no dejaban indiferente a sus oyentes. En mi caso, sus disertaciones me hacían estrujar bien el cerebro para no perderme ningún detalle de sus brillantes enseñanzas en filosofía.
Lo cierto es que ya en el instituto empezó mi adoración por la filosofía. Para mí es una disciplina fascinante y la única capaz de derribar falsas creencias y de hacernos entender nuestra existencia en este planeta.
En fin, hasta aquí te cuento para no venirme arriba con mi amor por la filosofía.

Volviendo a la ética empresarial, hay una premisa de mi profesor Domingo que siempre me ha acompañado en la vida y en los negocios:
«La responsabilidad es proporcional al poder».
Y la voy a explicar ahora con un ejemplo famoso extraído del mundo globalizado en el que vivimos.
Todos sabemos que hay grandes empresas (Google, Meta, Amazon, etc.) que tienen un gran poder sobre el ciudadano de a pie.
Esto es obvio.
Y que el problema de base es que tienen también una gran responsabilidad de la que no siempre responden o dan razón.
Su enorme poder se sustenta en haber convertido las personas en productos y a nuestros datos en mercancías que compran y venden de manera “encubierta”.
A ver.
«Que levante la mano quién no haya buscado “freidora sin aceite” en Google y, curiosamente, al entrar en alguna red social te aparecen de la nada anuncios de Amazon sobre el electrodoméstico que acabas de buscar por otro lado». 🙋♀️
Ahí es donde las grandes corporaciones no responden.
En muchos casos de cesión de datos se esconden de cumplir las leyes territoriales por ser entidades globales.
Pero aguarda un poco porque este ejemplo de ética no se acaba aquí y ahora viene la parte más interesante.
La ética, hacer las cosas bien o mal, tiene sus consecuencias en las personas de a pie. Y cada vez que ciertas empresas actúan mal o en contra de la voluntad de sus usuarios actuales o clientes nuevos, se cargan toda su CREDIBILIDAD.
La CONFIANZA depositada en las empresas se rompe en pedazos.💔
Y, la pérdida de credibilidad y/o progresiva desconfianza, mi profesor Domingo siempre decía, que puede acabar con grandes imperios como los mencionados.
¿Entonces qué pasa?
Pasa mucho que al enterarte de comportamientos nada éticos de ciertas empresas decides:
❌ No mirar tanto las redes, quitarte aplicaciones de tu móvil o revisar la privacidad de tus datos personales en tus cuentas.
💳Empiezas a interesarte más por conocer las personas que hay detrás de las empresas antes de sacar la tarjeta para comprar.
📵O te da por librarte de la adicción al móvil generalizada porque su uso abusivo te hace sentir como una persona narcotizada, patética o incluso descerebrada.
En fin, son cosas que suelen pasar.
Porque, como usuarios responsables, cada vez somos más conscientes de lo que pasa en el mundo digital.
☝️Y volviendo al titular de esta entrada, te lanzo la siguiente pregunta.
¿Cómo inspirar confianza en tu negocio cuando Internet huele a estafa?
Nuestra manera es esta:
Con servicios que aporten valor real a nuestros clientes de manera transparente, ética y honesta.
Y siendo coherentes entre lo que pensamos, hacemos y decimos para conseguir más clientes.
Porque sólo así se crea la confianza y la buena reputación digital a largo plazo.
Y voy más allá con un par de ejemplos más